¿A poco vas a votar?

-¡¿A poco vas a votar?!

No supe que contestarle. Por su entonación, me sentí que el decirle que "Sí", sería el comienzo de un debate.

No le contesté.

—Yo ya no voto. —siguió él—Es perder el tiempo. Siempre es lo mismo. Todo esto es un circo.

Lo comprendí. Lejos de querer adoctrinarlo con teorías políticas de la importancia de la participación; me puse en su lugar.

Algunos piensan que votar es como encender una vela en medio de una tormenta: frágil, inútil, condenada a apagarse.

Pero lo que no ven es que si suficientes velas se encienden al mismo tiempo, hasta la noche más oscura se ilumina.

Y si tú decides no encender la tuya, dejas más espacio para que la oscuridad avance.

Mañana, México vive una jornada electoral clave.

Otra más, dicen muchos, con ese tono agrio del que ha visto pasar promesas que no se cumplen, debates que no dicen nada, y boletas que parecen ofrecer más de lo mismo. Y es normal sentir hartazgo.

Pero hay algo que no debemos olvidar :votar no es un premio al sistema, es un acto de responsabilidad.

No votas por ellos. Votas por ti. Por lo que crees. Por lo que te duele. Por lo que no quieres perder.

¿Y si no estás de acuerdo con nadie?

Entonces ve y anula tu voto.

Pero hazlo tú. Con conciencia. Con intención. Anular es decir: “Estoy aquí, y no me convencen”. Abstenerse es decir: “No me importa”.

Y créeme, sí importa. Porque aunque no lo parezca, los que toman decisiones sí cuentan los votos. Y cuando ven que millones están ausentes, lo toman como carta blanca para hacer y deshacer.

¿Por qué votar?

Porque aunque parezca lento, aunque a veces duela, aunque no todo cambie de un día para otro…votar es decir : “Estoy aquí, y me importa”.

Porque si eres mamá o papá, votas también por tus hijos. Si eres joven, votas por tu futuro. Si estás cansado, votas por la esperanza de que esto mejore. Y si no confías en nadie, votas por el derecho a quejarte con autoridad moral.

Mañana no es solo una cita con la urna. Es una cita contigo mismo. Con la ciudadanía. Con el país que aún puede ser mejor.

Así que mañana, vota. Por quien tú quieras. O anula. Pero hazlo con convicción .Porque en este país, más que nunca, quien no vota, deja la cancha libre.

Y ya sabes quién la ocupa cuando nadie la defiende.